"Un pulso al fracaso"
La Función Docente
Bienvenido de nuevo!
Hoy te traigo una entrada ¡de película!. Sabemos que el profesorado tiene unas determinadas funciones, como así lo refleja el currículo educativo, pero ¿qué funciones desempeña más allá de estas premisas en los procesos de enseñanza y aprendizaje?
Las funciones del docente, están reguladas bajo el Título III, Capítulo 1, art. 91 de la LOMLOE, bajo el epígrafe FUNCIONES DEL PROFESORADO. Entre ellas se encuentran: la atención al desarrollo intelectual, afectivo, psicomotríz, social y moral del alumnado, la promoción, organización y participación en actividades complementaria programadas por los centros, o la evaluación del proceso de aprendizaje del alumnado, así como la evaluación de los procesos de enseñanza.
Para conocer un poco más sobre estas funciones en la realidad educativa, es decir, en la práctica real del trabajo en el aula, cada compañero de la asignatura de Procesos y Contextos Educativos nos encargamos de comentar una de las 13 funciones que señala la LOMLOE, a partir del documental que se muestra a continuación:
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"Un pulso al fracaso"
En un primer visionado, este ejemplo me pareció que se salía de lo "común", por tanto, una buena oportunidad de contestar a la cuestión inicial, puesto que, en esta escuela las funciones del profesorado, que van más allá de las consensuadas en la ley de educación, pueden tener más peso en un proceso de enseñanza donde el objetivo final es "formar a personas".
La Fundación Tomillo tiene como misión "contribuir a la mejora de nuestra
sociedad ayudando a las personas en
situación de dificultad a mejorar sus
vidas y su comunidad", con una visión educativa muy particular e interesante:
"Trabajar con niños y jóvenes, y con sus familias y comunidades, para dotarles de las herramientas necesarias que les permitan responsabilizarse de sus vidas y de su entorno. A través de la educación y el empleo, contribuir a mejorar sus condiciones de vida para que sean capaces de desarrollar todo su potencial y tomar parte activa y responsable en la sociedad".
Los jóvenes que se formar en la Fundación, provienen de otros centros donde han "fracasado" en los resultados académicos o les han "convencido" de que no son capaces y ahora tienen la oportunidad de adquirir unos herramientas básicas de aprendizaje para prepararse para la vida, además de ofrecerles una salida profesional, y lo que es muy importante, muchos adquirirán las primeras referencias positivas sobre sí mismos.
Para tal fin, su propuesta es más educativa que curricular, dando prioridad a la formación del individuo al margen del grupo. Para ello, los profesores dedican tiempo extra para tratar asuntos con los alumnos que se salen de los temas que "competen" a las clases, es decir, a la educación y problemáticas personales de los alumnos, sirviendo de guía y apoyo.
De este modo, las funciones del profesorado más mucho más allá de la instauradas por la ley, como la de escuchar, ayudar, comprender, dar tiempos, etc., a los alumnos.
Asimismo, el ambiente educativo que se crea en estos centros, aunque muy beneficioso, es susceptible de complicar las funciones "generales" del profesorado , como por ejemplo la evaluación.
¿Cómo evaluar el proceso de aprendizaje de los alumnos y el proceso de enseñanza?
Lógicamente, los contenidos académicos continúan siendo importantes en ambos procesos, sin embargo, toman más peso las competencias curriculares.
Para su evaluación, los profesores trabajan día a día de forma estrecha con el alumno, evaluándoles de forma continuada. Aprovechan la permeabilidad de los adolescentes al entorno y le dan la oportunidad de aprender y formarse de forma continuada y acorde al nivel del que parten.
Por último, de esta evaluación participará todo el equipo educativo.
Y a tú, ¿qué piensas de la labor de esta fundación?
Nos leemos!
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